De sobra son conocidos los beneficios que tiene visitar regularmente al dentista. Estas consultas son fundamentales para mantener una buena salud bucodental. Pero a pesar de ello, cada vez existen más personas que afirman sufrir miedos cuando llega la hora de visitar a estos profesionales.
Según los últimos estudios publicados a este respecto, a nivel nacional un 15% de los españoles sufre odontofobia, que es el nombre de la patología que se da por tener miedo a los dentistas. En Extremadura este dato es aún mayor, llegando a rondar el 20%.
Según los expertos, esta alteración suele estar asociada a experiencias traumáticas anteriores en una clínica dental que quedan guardadas en el subconsciente de la persona provocándole temores cuando vuelve a necesitar visitar al dentista. En un número menor de casos, puede no tener asociado ningún motivo racional y tratarse simplemente de miedo a sufrir algún dolor o daño.
Desde el sector
dentista en Zafra señalan que estos temores han de ser abordados con tranquilidad puesto que las técnicas y tecnologías existentes en la actualidad posibilitan realizar tratamientos dentales sin ocasionar ningún tipo de dolor o, como mucho, una molestia pasajera.. Además nos dan una serie de pautas a seguir para combatir este miedo.
Recomendaciones para evitar el miedo al dentista
En primer lugar, para afrontar la situación con mayor tranquilidad, es óptimo localizar una buena
clinica dental en Zafra, que nos quede cerca de casa para poder hacer una visita previa a la cita en la que se realizará el tratamiento. Esto servirá para familiarizarse con el entorno y el ambiente y conocer al personal de la clínica, lo que ayudará a rebajar el nivel de ansiedad.
Por otra parte, la recomendación es solicitar la cita para una hora lo más temprana posible, puesto que el hecho de llegar a la clínica descansado aliviará el temor en cierta medida y evitará esperas innecesarias a que nos llegue el turno. En este sentido también se recomienda llegar puntual, sin antelación, para estar en el interior del centro exclusivamente el tiempo necesario para la intervención.
Una vez llegado el momento de iniciar el tratamiento, se debe pactar con el personal una señal para parar en caso de que los temores aparezcan y se hagan inaguantables. De esta forma se podrá pausar unos minutos la consulta para aliviar la tensión. También será bueno poder escuchar música tranquila a volumen bajo para poder aumentar la relajación.
El miedo al dentista por suerte es una afección fácil de superar y, normalmente basta con un par de sesiones con el odontólogo de confianza para comprobar que son temores infundados. Esto junto con la necesidad de contar con una buena salud oral son argumentos suficientes para que nadie retrase los tratamientos de sus afecciones bucodentales.